No tengo por
costumbre polemizar con los articulistas que colaboran habitualmente con el
periódico Levante; en mi larga trayectoria sindical solo recuerdo una serie de
artículos y contestaciones con el prelado del Opus Dei en Valencia en las
páginas de este diario hace ya algunos años.
Soy muy respetuoso con la libertad de
expresión por la que he luchado toda mi vida, lucha que en alguna ocasión me ha
supuesto más de un disgusto.
Pero en su contestación a mi tribuna el Profesor Martín realiza algunas afirmaciones que me obligan a matizar.
En primer lugar yo no le descalifiqué
en ningún momento, solo ofrecía a los lectores el punto de vista de UGT sobre las
afirmaciones que D. Gregorio realizaba.
Afirma D. Gregorio que por respeto a
la historia de UGT, su respuesta a mis matizaciones requieren discreción y
cuidado, cuestión que alabo, pero a continuación arremete contra mis
afirmaciones diciendo que falto a la verdad cuando digo que los empleados
públicos de la GVA han perdido el 25% de poder adquisitivo. ¿En qué me baso para alcanzar dicha cifra? Vaya sumando
D. Gregorio: la rebaja del 5% salarial establecida por el gobierno de Zapatero,
la sustracción de la paga extra del 2012 y las congelaciones salariales anuales
(2011, 2012, 2013, 2014, 2015) del gobierno de Rajoy durante todo su mandato
mientras el IPC subió durante este periodo 11 puntos y, en el caso del personal
sanitario, docente e interino del Consell, además, los recortes retributivos
decretados por Fabra. Yo no falto a la
verdad D. Gregorio, es usted el que está mal informado, porque no quiero pensar
que busca otra cosa que requeriría una equivalencia semántica con un verbo muy
desagradable que, en línea con el respeto que le tengo, no voy a teclear.
De todos modos no pone en cuestión
los puntos de vista que desde UGT se relatan para explicar el actual déficit de
la GVA (el saqueo continuado al que el PP ha sometido las arcas de GVA, su
desastrosa política fiscal etc. y que detallaba en mi contestación), de lo que
me alegro sobremanera.
Pero poca discreción y cuidado
manifiesta D. Gregorio hacia UGT, o hacia mi persona, cuando se despacha
afirmando que mis opiniones son mitineras y demagógicas al afirmar que yo no
creo que la solución a los problemas financieros de la GVA deban pasar por
seguir castigando a los empleados públicos de la Generalitat o seguir
desmantelando los servicios públicos valencianos que son los que garantizan la
igualdad de oportunidades de los valencianos y valencianas. ¿Acaso discrepar de
sus doctas opiniones significa demagogia? Sea un poco más respetuoso con quien
humildemente discrepa de usted D. Gregorio.
Intenta más adelante enfrentar al
castigado colectivo de empleados públicos con desempleados y subempleados, al
comparar las lamentables condiciones en las que la reforma laboral del PP ha
sumido a 5 millones de trabajadores con las condiciones laborales de los
trabajadores de la GVA. Eso, si me permite, sí se aproxima a la demagogia. Usted
sabe perfectamente que los bajos salarios promovidos por la reforma laboral del
PP y su consiguiente baja cuota impositiva hace que el Estado cada vez recaude
menos y en consecuencia cada vez transfiera menos fondos a la GVA.
La UGT nunca ha formado parte de los
ambientes “progres” o nacionalistas que tachan de derechistas a aquellos que se
definen como “jacobinos”. Yo no hablé para nada de esos aspectos. O el
subconsciente lo delata o quiere confundir en su respuesta a los lectores.
Lo
que sí que es cierto y ya que usted lo nombra, es que desde amplios
sectores del PP se están planteando la recentralización de numerosas
competencias, cuestión que desde UGT no compartimos, y fueron justamente las
competencias transferidas al gobierno de Joan Lerma las que hicieron posible
equiparar en derechos a los ciudadanos de nuestra comunidad con los del resto
de España. Y eso con un esfuerzo económico y político por parte del gobierno
Lerma nunca suficientemente reconocido.
Y por último se enfrasca D. Gregorio
en una serie de afirmaciones acerca del carácter “marxista” que debería guiar a
UGT, para afirmar que el “verdadero” sindicalismo es imprescindible y nos
recomienda que revisemos nuestra acción sindical en colectivos de la
aristocracia laboral como son los controladores aéreos etc.
Quiero aclarar al Prof. Martín que
UGT no es ninguna organización marxista, no sé si debo lamentarme por ello. Es
más, nunca en los Estatutos del sindicato en su más que centenaria historia ha
aparecido tal definición. Otra cosa que debe aprender querido profesor. Y
quiero tranquilizar a D. Gregorio indicándole que entre el colectivo de
controladores aéreos apenas tiene presencia UGT, eso debe explicar por qué su
sindicato habitualmente plantea reivindicaciones que tienen poco que ver con el
servicio público.
Estimado profesor, habitualmente los
que plantean la inviabilidad de los servicios públicos y del Estado de Bienestar
acaban planteando la necesidad de establecer colaboración entre lo público y
privado. Creo que usted no anda lejos de esas teorías y, lamentablemente, todos
hemos podido ver que justamente cuando se privatizan servicios públicos se
generan nichos de corrupción que han llevado a la GVA al paradigma del
despilfarro y la corrupción.
Todo esto usted lo debe de saber.
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